¡ Mirad qué “guapas” se ven las plantas que sembramos en otoño !
Están lozanas las acelgas verdes y también las acelgas rojas. Las lechugas nos muestran su interior casi concéntrico y ya van pidiendo que las amarremos para que crezcan mejor y con más hojitas. Las cebollas, finamente y con poco atuendo de hojas, también prosiguen su crecimiento. Y las coles se desparraman con sus hojas lobuladas de un verde más grisáceo.
A la vuelta de vacaciones hemos sembrado habas, que empiezan a romper la corteza del suelo y desperezándose desde debajo de la tierra. Y lo mismo hacen nuestros guisantes. Y los ajos, que sembramos “ya nacidos”, y han subido que se las pelan buscando la luz. No así el maíz, que permanece bajo tierra y no asoma por más que miremos, porque le tiene mucho miedo al frío.
Y no podemos olvidar nuestro semillero de bellotas, que va lento, lento. Es que los árboles se toman su tiempo, está claro. Aunque ¡algunas de las que sembramos en vasitos de yogur y dejamos en las clases ya tienen dos o tres centímetros de alto!
Hemos fabricado los cartelitos con plástico reciclado de envases caseros.
Bueno, que somos observadores de la naturaleza y aprendices de huerteros. Y nos emocionamos con el misterio de la vida.
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